La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) nos habla de sal “visible” y la sal “invisible” para diferenciar la sal que consumimos, siendo la sal “visible” la añadida durante el cocinado y condimentado de los platos y la sal “invisible” aquella presente de forma natural y la añadida en el procesado de los alimentos. Por tanto, el consumo de sal se puede dividir en tres tipos:

  • Sal presente de forma natural en los alimentos.
  • Sal añadida en los alimentos procesados en la industria alimentaria.
  • Sal de mesa, que hace referencia a la sal añadida durante el cocinado y condimentado de los platos.

 

La SEEN en 2017 afirma que la sal añadida en los alimentos procesados representa un 70-72% del consumo de sal en la dieta.

La SEEN propone una clasificación por la que un alimento contiene “mucha sal”: si aporta más de 1,25 g de sal por cada 100 g del alimento (Alta), o “poca sal”: si aporta menos de 0,25 g de sal por cada 100 g de alimento (Baja). Para conocer la cantidad exacta de sal en los alimentos envasados se acude al etiquetado nutricional, este sistema de información detallada proporciona a los consumidores datos precisos sobre la composición nutricional de un alimento envasado.

Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN, web): https://www.seen.es/portal/recomendaciones-dieteticas/la-sal-en-nuestra-alimentacion

Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN, 2017)

 

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